martes, 22 de abril de 2014

Así vamos


Recibo un premio en unos días por una campaña en la que nunca creí del todo. Irónico. Me la repampinfla. Ni sé dónde se celebra, ni tengo preparado discurso, ni tampoco vestido. Creo que a mi jefe le voy a matar a disgustos!!

Estoy desconocida y encantada de haberme encontrado en este dejarme llevar. Lo bueno de cuando te pasan cosas en la vida, de esas de las de verdad, es que todo es muy relativo y mucho menos dramático. 

Este año he pasado de procesiones, de costaleros y sobre todo de penitentes. Me he vuelto a ir de vacaciones sin saber muy bien dónde pero sí con quién. Tengo dos triangulitos blancos en el pecho donde antes ponía ‘cerrado por derribo’, que dan fe de ello.


Ahora formo parte de una familia que no me han impuesto. Una familia tan atípica como auténtica, con madres suplentes, hermanas del alma, cuidadoras de madres que no cobran, vecinas que te hacen torrijas, tíos atentos que te llaman para saber qué tal estás si un día te ven con ojeras, primos que te dan clases de lo que sea, y amigas de esas incondicionales con las que quedarte 'en pelotas' para bailar bajo lunas rojas.


Estoy decidida a arriesgar aunque sepa que me voy a equivocar, porque hay veces que el camino que te lleva es mil veces más interesante que el propio final.
Y mira por dónde, emprendiendo un viaje increíble, he descubierto que el olvido no me sienta tan mal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que orgullosa estoy de ti amiga. Ese premio te lo mereces, por la campaña y por muchas cosas más. Ponte guapa, levanta la barbilla ¡y a por ellos!

Un beso
C.